lunes, 28 de enero de 2013

LA CDI en GUERRERO

Marcos Matías Alonso*
Se acabó el tiempo de la “empanización” de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) a nivel nacional y en varios estados de la República. Luis H Álvarez y Xavier Abreu fracasaron en su propósito de disminuir la pobreza en las regiones indígenas de México y fue un descalabro su estrategia de expandir el mercado electoral del PAN desde la CDI. En tiempos del PAN, no sólo se “empanizó” la dirección nacional, sino también, en varias delegaciones estatales se montaron burócratas “blanquiazules”. Hoy, los delegados panistas preparan maletas hacia un viaje sin retorno. El regreso del PRI a la CDI no augura que la situación indígena mejore. El nombramiento de Nuvia Mayorga Delgado como titular de esta institución, es claro reflejo de una política de desplazamiento y usurpación del derecho que tienen los profesionistas indígenas para encabezar la institución que en su nombre se creó. La experiencia de Mayorga es en el área contable y financiero, pero desconoce el mundo indígena. Con su designación, el PRI ha repetido el mismo error que practicó durante más de 50 años de la vida del Instituto Nacional Indigenista. El tiempo nos indicará la certeza o falsedad de la anterior afirmación. Con el “panismo”, el relevo de la mayoría de los delegados de la CDI provocó diversas protestas e inconformidades de los pueblos indígenas. Guerrero no fue la excepción. En los primeros días de junio del 2009, los pueblos nahuas, mixtecos, tlapanecos y amuzgos desplegaron diversas acciones de protesta para rechazar la imposición de Gonzalo Solís Cervantes (GSC) como delegado de la CDI en Guerrero. Plantones, marchas y toma de instalaciones de su oficina estatal en Chilpancingo y su representación regional de Chilapa, Tlapa y Ometepec, obligaron la reacción inmediata del legislativo local. Como resultado de la imposición de GSC a la CDI-Guerrero, el 4 de junio del 2009, el Congreso del Estado suscribió el Acuerdo Parlamentario que señala textualmente: “…exhorta respetuosamente al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos para que instruya al Director General de la CDI, para que en el marco de sus atribuciones consideren y en estricto apego al Derecho de Consulta y Participación que les asiste a los indígenas, se abra inmediatamente el proceso de consulta para que a través de ésta se designe al nuevo delegado de la CDI en Guerrero”. Todos los diputados locales suscribieron este Acuerdo Parlamentario a excepción de los legisladores del PAN. Sin embargo y a pesar de la solidaridad de los legisladores, los directivos de la CDI sostuvieron la imposición de GSC, por lo cual la representación indígena movilizó su protesta a la ciudad de México. El 22 de junio tomaron la oficina central de la CDI e instalaron un plantón permanente en la sede de la ONU en el DF. La protesta indígena de los guerrerenses hizo eco en la sede del Poder Legislativo y el 23 de junio del 2009, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, además de manifestar su respaldo al Congreso de Guerrero sobre su Acuerdo Parlamentario del 4 de junio, enfatizó lo siguiente: “Hace suyo el criterio de que en la selección de nuevos delegados de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en Guerrero y de otras entidades del país, en igualdad de condiciones deberán tener prioridad los candidatos de origen indígena, que cuenten con experiencia de trabajo con sus pueblos y tener suficiente capacidad en la administración pública federal, estatal y/o municipal”. El anterior Acuerdo Parlamentario de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión es aplicable no sólo a Guerrero sino a otras entidades del país. La prioridad de los candidatos de origen indígena es un criterio que la CDI hizo suyo y manifestó su voluntad de instrumentar estos acuerdos legislativos en la selección de los nuevos delegados en el país (UPC/09/OF/238). El viernes pasado, la Directora General de la CDI designó a Marcelo Tecolapa como delegado de la CDI en Guerrero. Nadie pone en duda su origen indígena, tampoco se cuestiona su capacidad en la administración pública ni su experiencia en la esfera legislativa. La omisión en el protocolo de consulta es la única debilidad de este procedimiento que estuvo a un paso de cumplir los Acuerdos Parlamentarios del 2009. Seguro estoy que se superará esta omisión y se tenderán los canales de diálogo para trabajar colectivamente en los temas emergentes de nuestros hermanos indígenas. Aliento la confianza que Marcelo Tecolapa no priorizará los programas de la CDI hacia ningún partido político en específico. Los Acuerdos Parlamentarios no siempre son “letra muerta” o “llamados a misa” que nadie está dispuesto cumplir. Frecuentemente se convierten en fuentes de orientación en la toma de decisiones de la política pública. Si no se respeta cabalmente el acuerdo del Congreso de la Unión, “una chispa puede incendiar la pradera”. El alcance de su recomendación no es sólo para Guerrero, sino para todo el país. *Investigador Titular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

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